Un campeón del mundo de memoria y un neurocientífico han unido sus fuerzas para crear un sitio web de aprendizaje de idiomas llamado Memrise, que combina trucos nemotécnicos con un juego para ayudar a los usuarios a aprender de forma rápida y eficiente.
Su estructura de aprendizaje, con un ritmo cuidadosamente impuesto y un sistema de puntos competitivo, y según creen los desarrolladores de la aplicación, hace que su sitio sea más eficaz que otras herramientas de aprendizaje de idiomas.
Memrise hace del aprendizaje un juego con jardines virtuales que los usuarios deben atender. A medida que lo hacen, también ganan puntos y se abren paso dentro de una tabla de clasificación que engloba a toda la comunidad.
El chino mandarín y el inglés son los únicos idiomas que se han lanzado hasta ahora, pero otros como el francés, el español, el italiano, el alemán y el árabe se pueden utilizar en formato beta. La aplicación fue presentada recientemente en el evento TechStars de Boston este año, que presentó a startups elegidas para recibir inversiones.
La premisa es que cada palabra o frase es una semilla para que los usuarios la planten en sus jardines. Se siembra una nueva palabra cuando el usuario es expuesto a ella. Una vez plantada, la semilla brota en pocas horas y debe ser cosechada—es decir, el usuario es puesto a prueba, por lo general teniendo que escribir las palabras o eligiendo caracteres, en función del idioma. Con cada éxito, una planta se traslada a un invernadero, donde prospera o se marchita en función de lo bien que el usuario la atienda practicando con la palabra.
“El aprendizaje debería ser siempre emocional; siempre deberíamos estar encantados y orgullosos de lo que hemos aprendido”, afirma Ed Cooke, cofundador de Memrise y campeón de memoria. Ahí es donde muchos métodos de aprendizaje de idiomas pierden usuarios, afirma—la presentación no logra atraer a los usuarios y hacer que quieran aprender.
El método de aprendizaje de Memrise se basa en tres principios. El primero, asegura Cooke, es uno de los aspectos más importantes del entrenamiento de la memoria: la codificación gráfica. Con el fin de recordar palabras que de otra manera serían arbitrarias, el cerebro de los usuarios se beneficia del hecho de conectarlas a una imagen.
Cuantas más asociaciones haga el usuario con una palabra, más rápido y más claro será el recuerdo. Memrise ofrece algunas asociaciones para los usuarios—el carácter chino para “hombre”, por ejemplo, se transforma en un dibujo de un hombre. No obstante, también anima a los usuarios a presentar sus propios elementos nemotécnicos verbales. Por ejemplo, en una sesión de francés, la frase “une boucle” (“una vuelta”) se empareja con un elemento nemotécnico enviado por un usuario: una montaña rusa.
El segundo principio del enfoque de Memrise es hacer recordar a los usuarios de forma sistemática. Utilizando un algoritmo desarrollado por el neurocientífico y cofundador Greg Detre, la aplicación está diseñada para que “las plantas”, o palabras, se marchiten cuando no son atendidas. La interfaz de usuario le dice los usuarios qué plantas se están marchitando, un problema al que puede poner remedio “regándolas”, o repitiendo la prueba. Los recordatorios aparecen en aquellos momentos en que es más probable que el usuario se olvide de las nuevas palabras, en lugar de a intervalos aleatorios.
El principio final de Memrise es su capacidad de adaptación, lo que significa que las preguntas varían en dificultad según el rendimiento del usuario. “Los otros sitios de idiomas no hacen bien esto”, afirma Cooke. “Es muy importante poner a prueba estos recuerdos en el momento adecuado y de la forma correcta”.
Memrise no es el único sitio web de aprendizaje social de idiomas. Otros, tales como LiveMocha y Babbel, adoptan un enfoque más simple basado en la comunidad, en el que los usuarios dependen de los otros usuarios para su evaluación. Estos sitios también poseen componentes de juego de menor importancia, ofreciendo puntos según los logros.
Sin embargo, muchos usuarios renuncian a aprender un idioma con notable rapidez, explica Cooke, y cree que las técnicas de aprendizaje empleadas tienen parte de la culpa. “Ninguna otra aplicación utiliza más de uno o dos de estos principios de memoria”, afirma, refiriéndose a los tres principios de Memrise. La mayoría se basan únicamente en pruebas “no coreografiadas”, señala, y no logran que los usuarios recuerden las palabras recién adquiridas.
Memrise se centra actualmente en conseguir que los usuarios memoricen palabras, en lugar de enseñar un conocimiento más profundo de una lengua a través de lecciones de gramática o del habla. “Parece que funciona relativamente bien para la enseñanza de vocabulario”, afirma Luis von Ahn, profesor de la Universidad Carnegie Mellon y co-creador de un sitio web para el aprendizaje de idiomas basado en juegos llamado Duolingo. “Aunque eso es sólo una pequeña parte del aprendizaje de un idioma”.
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Fuente: InterArtix
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